viernes, 6 de septiembre de 2013

Soy veneno



Caigo al suelo. Me caigo desde lo alto de tu mano. Tú me sostenías firme en tus manos, creías poder beber de mi, fuiste sorbo a sorbo ignorando la etiqueta de la botella "Veneno" decía.

Tú probabas y sentías como me deslizaba, garganta abajo, y en el estómago el calor de las bebidas fuertes. Y continuaste trago a trago jurando que sabías lo que hacías, consumiéndome y matándote lentamente. Conocías la etiqueta de la botella y aún así seguiste. Y como cualquier droga el veneno siempre te hace sentir bien al principio, hasta que excedes la cantidad y comienza a matar lentamente y sin que te des cuenta al principio. Pensé que eras inmune, no fue mi culpa.

Comenzaste a sentirte mal, a mirar extraño la copa de la que bebías. La sensación comenzaba a ser insoportable. Cada trago parecía más amargo que el anterior. Ardías. Quema desde dentro, y cuanto más bebías peor era. Cada vez costaba más tragar. Hasta que no pudiste más.

Tiraste la copa al suelo y dejaste que me derramase. Verde, viscoso, venenoso. La etiqueta seguía siendo la misma. El sabor del veneno, el mismo. Pero tu forma de verlo no. Tu cara de asco, tu desprecio. No sé lo que cambió. La botella desde luego no. La etiqueta tampoco y el contenido menos, pero tú si.

Mientras tanto sigo cayendo, gota a gota,
verde,
viscoso,
venenoso...

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