jueves, 16 de mayo de 2013



Me paso el día rodeada de gente. A menudo gente que me quiere follar, otras veces me dirían que me quieren sin dudarlo, pero tienen miedo al rechazo, como todos. El caso es que apenas estoy sola.
Salgo y vivo noches épicas que recordaré eternamente, otras en cambio las olvido y por lo que luego me cuentan a veces me gustaría haberlas recordado, y otras no.
Todo es cojonudo. Todo es vacío.

Volver a casa y saber que nadie me espera. A veces vuelvo acompañada. a veces incluso duermo entre otros brazos. Pero no importa. Tengo todo lo que pido. Abro la boquita y tengo un rollo, un esclavo/a, un novio (si quisiera). Pero ninguno de ellos ni ellas esperan que llegue a casa.

Me siento sola, o eso digo, en realidad no. No me siento sola en absoluto. Siento tu ausencia que quema mi garganta por dentro y me hace querer gritar. Ojalá no te hubieras ido y ojalá pudiera gritarte que desde mi ventana se ve la noria y que no soy capaz de reprimir todo lo que pasó hace un año. Y tampoco quiero porque aunque duela fue realmente cojonudo.

Y ¿sabes qué? llámame zorra, pero si mi alternativa es estar así de triste prefiero secar mis lágrimas con pollas ajenas. Podría haber sido la tuya la única, al menos en una temporada. El monstruo habría permanecido oculto y habríamos podido hacer las cosas bien y con calma. Pero desapareciste y la única que se quedó para cuidar de mi fue Mz. Hyde y no puedes reprochármelo porque tú no hiciste absolutamente nada por impedirlo.

Yo estaba bien...

¿Por qué mierda esto ahora? Porque ya no te creo, porque me doy cuenta de que no te importo y me has mentido. Y no me jode que te largues, aunque no lo entienda, pero si me jode que mientas. Y mucho.

Así que la próxima vez antes de insinuar lo que soy o lo que dejo de ser, plantéate lo que eres tú. Porque seré todo lo zorra que haga falta, pero llevo un cartel luminoso en la frente que dice lo que puedo ofrecer y lo que no. Yo no engaño a nadie ni hago falsas promesas. Y al que le guste lo que tengo que se quede y el que no puede irse porque no hay nada más. Prefiero ser una zorra que dice la verdad que un mentiroso cobarde como tú.

Mil veces.

Yo no voy a esconderme en mi cueva esta vez, viviré debajo de la cama de algún melenas y saldré por las noches a asustarle. Y ese podrías haber sido tú. Y podrías haber sido el único porque yo no necesitaba a nadie más. Siempre fue así de sencillo. Cuando comes bien en casa no sales fuera a buscar un tentempié.


Pero tu puto miedo siempre pudo más, así que para mi siempre serás el eterno cobarde.