domingo, 29 de diciembre de 2013



You left me shattered...

Broken into millions of pieces...

http://www.youtube.com/watch?v=QEgoXCVhHmY

And I'm not strong enough as the song said. I'm still broken, I'm still shattered...
I'm still falling down into your rude last words. "I hate you". I believe that you don't hate me right now but once, you did it. I can't understand. I can't go on and pass your page because you still hurts.

Maybe I'm a fool. Maybe I was blinded. Maybe it was because of me. Maybe...

You left me shattered. But it isn't all the truth I was shattered when you arrived in my life. I've been shattered since I can remember. Sometimes I link all my pieces but the machine never worked. So when you're gone something on the inside has broken forever. And now I still walk down the street and a little thing is chinking since you decided to hate me.


I look to my furry pellet. It's a perfect machine. It watches me when it's hungry, it calls me when it needs me, it eats, sleeps, walks, lies up perfectly. Because it isn't broken. I can't sleep without it purr, I can't eat without giving it some food, I can't smile if it is not there. Because it is my only perfect machine.

There's something that is shattered in me. I put back the pieces but I can't see what's wrong or I can't see what's ok.

You left me shattered,
but I'm still under of it.




lunes, 30 de septiembre de 2013

Perfección.



Lo lejos que estamos y lo cerca que creímos estar.

Mirarte y sentir que no eres nada, que te consumes como esa vela encendida que sabes que pronto se apagará. La lágrima que resbala por tu cara y que está a punto de desvanecerse en la almohada. El sueño que no recuerdas al despertar. La botella vacía que no recuerdas haber terminado. La resaca que borra cualquier buen recuerdo de la noche anterior.

Antes eran los besos lo que borraban el dolor. Ahora esos besos saben a bourbon, a tequila o a cerveza dependiendo de la noche. Pero desaparecen rápido. Como esa sombra que por la mañana se viste rápido y huye de mi cama. Yo que tanto buscaba y he encontrado. La decadencia. Soñábamos con el final del vaso y ahora vivimos en el final de la botella. Soñábamos con la perfección, la perfección que vive dentro de todos los tabúes sociales. Lo prohibido.

Tengo exactamente lo que he buscado. La perfección está tan jodidamente vacía que asusta. Grito pero soy en duende encerrado dentro de la botella que se bebe el veneno para sobrevivir.

Él pensó que con abrir el tapón bastaría, pero no.

Dejadme caer desde lo alto de la barra del bar de cada noche a ver si así se rompe y consigo salir. Déjame vomitar en cualquier callejón al monstruo que vive dentro. Aunque en realidad no quiero que se vaya, que se joda y se consuma conmigo, como una vela, como una lágrima, como un sueño, como una botella, como un recuerdo...

viernes, 6 de septiembre de 2013

Soy veneno



Caigo al suelo. Me caigo desde lo alto de tu mano. Tú me sostenías firme en tus manos, creías poder beber de mi, fuiste sorbo a sorbo ignorando la etiqueta de la botella "Veneno" decía.

Tú probabas y sentías como me deslizaba, garganta abajo, y en el estómago el calor de las bebidas fuertes. Y continuaste trago a trago jurando que sabías lo que hacías, consumiéndome y matándote lentamente. Conocías la etiqueta de la botella y aún así seguiste. Y como cualquier droga el veneno siempre te hace sentir bien al principio, hasta que excedes la cantidad y comienza a matar lentamente y sin que te des cuenta al principio. Pensé que eras inmune, no fue mi culpa.

Comenzaste a sentirte mal, a mirar extraño la copa de la que bebías. La sensación comenzaba a ser insoportable. Cada trago parecía más amargo que el anterior. Ardías. Quema desde dentro, y cuanto más bebías peor era. Cada vez costaba más tragar. Hasta que no pudiste más.

Tiraste la copa al suelo y dejaste que me derramase. Verde, viscoso, venenoso. La etiqueta seguía siendo la misma. El sabor del veneno, el mismo. Pero tu forma de verlo no. Tu cara de asco, tu desprecio. No sé lo que cambió. La botella desde luego no. La etiqueta tampoco y el contenido menos, pero tú si.

Mientras tanto sigo cayendo, gota a gota,
verde,
viscoso,
venenoso...

miércoles, 21 de agosto de 2013


Quiero escribir, pero no se de qué esta vez.

Quiero gritarle al mundo pero mis labios están sellados. Tengo dentro algo que no puedo callar y sin embargo no tengo nada que decir. Algo que quema por dentro y que no quiere salir.

Una montaña de recuerdos y una montaña rusa de emociones. Y en el centro en lo mas hondo y oscuro de la montaña, mi cueva; mis silencios arrinconados junto al miedo. ¿Dolor? no queda sitio para él. En realidad no queda sitio para nadie desde que el monstruo ha crecido y se ha hecho mayor.

No queda nadie, y no queda nada. A excepción del fuego. El fuego vive dentro y se alimenta del alcohol, de las noches donde su llama se ve más lejos que ningún otro. Arde furioso, arde fuerte, y lo peor es que arde siempre. Las rocas de mi cueva comienzan a derretirse y esto a parecerse a un volcán.

El fuego, autodestructivo, mortal. Sigue ardiendo, consumiendo lentamente todo a su paso. Mi cueva se derrite poco a poco, puedo arder con ella o puedo irme para siempre. Pero ¿a dónde va un monstruo con la boca sellada?




"I used to stand so tall
I used to be so strong
(...)
Now I can't breathe
No, I can't sleep"

domingo, 28 de julio de 2013


No me entiendes.

Ves que vuelo lejos pero no ves como deseo que me acompañes. Si dejases por un momento de tener los pies en el suelo y decidieras abrir la mente... Y si joder, digo si lo decidieras porque tú eres tu único límite y no existe nadie que pueda decirte lo contrario.

No hay  cielo para nosotros y el infierno no existe. Solo queda la oscuridad y si vuelas solo corres el riesgo de chocarte contra las demás personas que también lo haces. Deberías confiar, dejar que lo demás sean tus ojos y tus oídos hasta que  tus sentidos sean aptos para vivir en la decadencia. O también puedes marcharte.

No nos merecemos el mundo. No nos merecemos cambiar de canción y yo aún así lo hago. Porque no me importa lo que piensen, lo que exista más allá que aquello que conozco, no es relevante. Ansío verlo y hacerlo mío, pero mientras eso no llega no es importante. Vuelvo tal vez demasiado alto, pero no existe nadie que me frene, ningún techo que pueda detenerme. Hay un suelo, el sótano del que vengo y que también conozco y al que vuelvo cada noche, pero mientras no puedo detenerme, no puedes detenerme. Otros lo han intentado antes y me convirtieron en algo que no deseaba ser. En un monstruo que vive en los armarios y debajo de las camas de  los niñitos mimados. Aprendía a rugir y a amar mis garras así que no trates de venir a limarlas ahora.

Si quieres quererme aprende a volar, a soportar mis zarpazos, acostúmbrate a la frialdad de mi cueva. O huye despavorido.

Soy un monstruo eso ya lo sabías cuando me conociste, así que estas no son alturas de escapar por ello. Nunca verás a Lady Jeckyll si no aprendes a jugar con Mz. Hyde.

lunes, 1 de julio de 2013

Let's give em hell



No lo entiendo. Simplemente no soy capaz de hacerlo, ni de predecir tus palabras.

Podemos dejarlo estar. Podemos enterrarlo y dejar que no vuelva. Podemos permitir que todo lo que hemos vivido nos lleve abajo a ese submundo que unos tanto temen y en el que yo tan bien me lo paso. Podemos hacer eso. Tal vez sea lo correcto, aunque yo no esté de acuerdo. Pero al fin y al cabo yo siempre discrepo, y eso es un hecho. Ir un poco más abajo, si es que se puede y encontrarnos con la decadencia allí en las puertas mismas del infierno. Pero ese lugar ya queda para la otra vida, que en esta no se puede bajar más allá del submundo.

En ese submundo mi monstruo habita en la cueva desde la que observa como unas veces tratas de acercarte y otras te alejas. Sé que no me temes, pero entonces no entiendo porqué te alejas. Me gustaría tener tiempo, tener tiempo para pensarlo y descubrirlo, o simplemente tener tiempo para preguntarte, pero sencillamente no lo tengo. Pero ojalá pudiese oír tu respuesta.

Vivir aquí abajo es cómodo cuando te acostumbras, es fácil. La superficie se antoja lejana y cuando tratas de subir te das cuenta de que ahí arriba la gente es demasiado correcta, joder, putos estirados. Vivo en un frenesí llamado ascensor y constantemente me veo obligada a subir y ser un elemento más del sistema que aborrezco, y cuando puedo vuelvo a bajar, a hundirme lentamente entre vasos vacíos una extraña sonrisa me acompaña en mi camino. Cuando vuelvo a estar abajo siento que es mi mundo, pero es mi mundo sin ti. Tus ganas y tus emociones no caben en mi cueva, y tú y yo no cabemos juntos en el ascensor de subida.

Que les jodan.

Y si quieres venir a reírte de ellos simplemente hazlo, y hazte un hueco, creo que aún podemos caer más abajo. Pero si lo haces que sea por que quieres quedarte, no hieras la tierra de mi cueva por un puto capricho.

Y cierra los ojos, total aquí abajo no llega la luz y vas a tener que fiarte de mi voz.

Pero mientras tú no estés haré del submundo mi reino y brindaré por la siguiente copa hasta que se termine esta botella.

jueves, 13 de junio de 2013

Show me...





El mundo gira, y no va a detenerse por ninguno de nosotros. No va a darte un puto descanso, no va a esperar a que estés mejor, no va a esperar a que estés lista para afrontarlo. Todo sigue su curso y no puedes simplemente dejarlo ir, o volverá tarde o temprano. Porque así son las mareas, que por mucho que bajen y se alejen, vuelven a subir y a inundar todo lo que hayas construido mientras se iban. Por eso debes estar preparado.

Al final va a ser verdad que nunca llueve eternamente al menos para mi. Siempre encontramos otra persona que nos devuelve la sonrisa que otros habían robado. Siempre hay alguien que por muy lejos que esté lo sentimos cerca. Siempre hay alguien, la cuestión es encontrarlo. Y yo tuve suerte.

Sinceramente espero que nunca leas esto. Espero que  nunca sepas que moría de la emoción esperándote en la estación del bus. Espero que nunca sepas las ganas que tenía de darte una abrazo así sin venir a cuento en cuanto te vi, en agradecimiento a todas las noches que me habías aguantado quejándome de algo que ni iba ni venía contigo, y sin embargo ahí estabas. Espero que nunca sepas que te odio porque te pareces demasiado a como a mi me gustaría ser. Espero que nunca sepas que soy un cactus porque así mis púas evitan que me pinche con las espinas de otros. Espero que nunca me conozcas lo suficiente y espero nunca conocerte demasiado.

Ojalá nunca me hubieras visto llorar.

A veces creo que te idealizo simplemente porque como estás lejos es más fácil y otras veces decido no creerte para evitar que me folle la distancia de nuevo. Pero la mayoría del tiempo quiero conocerte, quiero saber tantas cosas y aún así no quiero encontrar algo que me  guste.


"Every time I try to get a little closer
You shut down and the conversation's over
I'm right here, but you leave me in the dark
Show me your private parts.
Give it up baby, what are you afraid of
Love sucks when you don't know what it's made of
We get naked but I can't undress your heart
Show me your private parts, 
show me your private parts"


http://www.youtube.com/watch?v=CilYylaN6Pw

jueves, 16 de mayo de 2013



Me paso el día rodeada de gente. A menudo gente que me quiere follar, otras veces me dirían que me quieren sin dudarlo, pero tienen miedo al rechazo, como todos. El caso es que apenas estoy sola.
Salgo y vivo noches épicas que recordaré eternamente, otras en cambio las olvido y por lo que luego me cuentan a veces me gustaría haberlas recordado, y otras no.
Todo es cojonudo. Todo es vacío.

Volver a casa y saber que nadie me espera. A veces vuelvo acompañada. a veces incluso duermo entre otros brazos. Pero no importa. Tengo todo lo que pido. Abro la boquita y tengo un rollo, un esclavo/a, un novio (si quisiera). Pero ninguno de ellos ni ellas esperan que llegue a casa.

Me siento sola, o eso digo, en realidad no. No me siento sola en absoluto. Siento tu ausencia que quema mi garganta por dentro y me hace querer gritar. Ojalá no te hubieras ido y ojalá pudiera gritarte que desde mi ventana se ve la noria y que no soy capaz de reprimir todo lo que pasó hace un año. Y tampoco quiero porque aunque duela fue realmente cojonudo.

Y ¿sabes qué? llámame zorra, pero si mi alternativa es estar así de triste prefiero secar mis lágrimas con pollas ajenas. Podría haber sido la tuya la única, al menos en una temporada. El monstruo habría permanecido oculto y habríamos podido hacer las cosas bien y con calma. Pero desapareciste y la única que se quedó para cuidar de mi fue Mz. Hyde y no puedes reprochármelo porque tú no hiciste absolutamente nada por impedirlo.

Yo estaba bien...

¿Por qué mierda esto ahora? Porque ya no te creo, porque me doy cuenta de que no te importo y me has mentido. Y no me jode que te largues, aunque no lo entienda, pero si me jode que mientas. Y mucho.

Así que la próxima vez antes de insinuar lo que soy o lo que dejo de ser, plantéate lo que eres tú. Porque seré todo lo zorra que haga falta, pero llevo un cartel luminoso en la frente que dice lo que puedo ofrecer y lo que no. Yo no engaño a nadie ni hago falsas promesas. Y al que le guste lo que tengo que se quede y el que no puede irse porque no hay nada más. Prefiero ser una zorra que dice la verdad que un mentiroso cobarde como tú.

Mil veces.

Yo no voy a esconderme en mi cueva esta vez, viviré debajo de la cama de algún melenas y saldré por las noches a asustarle. Y ese podrías haber sido tú. Y podrías haber sido el único porque yo no necesitaba a nadie más. Siempre fue así de sencillo. Cuando comes bien en casa no sales fuera a buscar un tentempié.


Pero tu puto miedo siempre pudo más, así que para mi siempre serás el eterno cobarde.

martes, 16 de abril de 2013

Rabia



Rabia... A veces sencillamente no puedo más.  Bajo la calma aparente y la media sonrisa se esconde el tornado. Y tú lo alimentas. Cada vez ruge más fuerte, y lo siento atronador, poderoso, fuerte. Fuerte, yo solía serlo...

Tu indiferencia me puede, pero lo que realmente me mata son tus mentiras, todas tus promesas incumplidas. Te odio. Y eso implica que me importas, pero ya no de la misma manera. No dejas de alimentar mi ira. Ella comienza a abrirse paso en mis entrañas. Va rompiendo cada pedacito de piel que todavía permanecía intacto, a salvo de tus caricias. Me deshago lentamente por dentro mientras fuera reina la calma. Me rompo y allí donde algún día cicatrizará nunca lo volveré a sentir. Nunca. Suena complicado pero es cierto.

Siento la tormenta, los rayos comienzan a doler, uno tras otro. El viento sigue rugiendo y el tornado se hace más fuerte más grande. Espero poder contenerlo porque si sale es capaz de arrasarlo todo. Pero me fallan las fuerzas, yo si fuera tú huiría, tal y como prometiste no hacer, pero haces.

Espero que algún día uno de mis rayos impacte en eso que dices ser y se caiga todo tu miedo al suelo y quedes desnudo, sin tu escudo, sin nada, sin nadie. Y sabrás que el miedo que te ciega no es tu escudo, es tu enemigo.

No amaina, no hay lluvia. Solo los truenos gritan desesperados que ya basta mientras el tornado me desborda. Entonces el ruído es demasiado y el monstruo despierta.

No digas que no advertí. No digas que lo sientes. No me culpes por ello. Soplaste demasiado fuerte y derribaste mi casa, pero tranquilo los monstruos solo necesitamos una cueva, y se que algún día la encontraré y ojalá sea lejos.

Mientras afilo mis dientes y prometo morder a todo aquel que pretenda acercarse demasiado.

martes, 2 de abril de 2013

Hazlo...



Dispárame, que acabamos antes.

Prometimos hacerlo poco a poco, prometimos hacerlo bien. Y ni una cosa ni la otra. Esto se convierte en una tortura que no estoy segura de poder soportar. Yo sufro despacio mientras me vas jodiendo rápido. Mientras prometías todo aquello que ahora no cumples ibas cogiendo carrerilla para correrte ahora tu puto sprint sobre mi.

Me hablas de orgullo, a mi. Tiempo atrás se de más de uno que se hubiera reído en tu cara por insinuar que no tengo. Pero las reglas del juego han cambiado, minaste mi autoestima y me hiciste tu sumisa. Me convertiste en aquello que siempre había despreciado más que el hecho de que me considerases una zorra. Gracias supongo, creo que empiezo a preferir ser lo segundo. Perdón, volver a serlo.

Vuelvo a perderme una y otra vez, tal vez sea cosa de los cimientos que no aguantan el paso de los años. Pero el tiempo corre y no quedan fuerzas para volver a empezar con ellos de cero. Volveré a ser otra casa de cartón a la que no podré llamar hogar porque no me encuentro en ella. Mientras, el suelo se moja lentamente. Va calando poco a poco y las goteras se convierten en ríos.

Dispárame, hazlo... Acaba conmigo de una vez por todas si tienes lo que hay que tener. Pero no lo tienes porque afirmas que te importo, afirmas que me quieres pese a todo y afirmas que no quieres que esté así. Si no quieres que esté así ven a cambiarlo. Ya no espero que me hagas el amor y me susurres que me quieres, pero fóllame rápido y sé por lo menos un puto amigo.

Dices que no vas a desaparecer, que tú no eres como el resto. Pero te vas y te alejas. Te pido que te quedes un minuto, te pido que seas el amigo que necesito y que no tengo. Y te  vas.

Pues vete, pero dispárame primero y déjame morir en paz. Si no quieres ser mi amante no lo seas, pero si de verdad te importo sé mi amigo. Y si no deja de joder despacio. Dispara rápido y libera al monstruo que llevo dentro.

jueves, 3 de enero de 2013

Grande


   Eres grande, eres lo mejor que pudo haber pasado nunca ya que gracias a ti puedo estar con ella siempre que la necesito y solo por ello eres grande.

   Nunca lo olvido, nunca. A veces puedo olvidar lo grande que yo puedo llegar a ser a veces, pero entonces  te cojo y toco tu suave madera y me doy cuenta de que solo me sacas una cabeza, solo eso. Hago vibrar las cuerdas y recuerdo que yo también puedo ser casi tan grande como tú.

   Eres grande, y aunque no eres un ser vivo dentro de tí vive algo especial que me hace sentir mejor.