jueves, 7 de enero de 2016

Irse lejos




Muchas veces he pensado que mis ganas de irme no cabían en una maleta.
Hoy he confirmado que tampoco caben en dos.

https://www.youtube.com/watch?v=uRadGn5mLTc

Irse lejos. A la carrera. Huyendo de eso que te hace daño.
Huyendo de un supuesto espacio de seguridad que cada día se convierte en una jaula de la que cada noche buscas la forma de salir.
Y esa jaula es un poco más pequeña cada año.
y que aprieta un poco más, cada vez.

Y las ganas de dejarse romper en mil pedazos con la esperanza de que al menos uno de ellos caiga fuera y sea libre.
Y se vaya lejos.

Irse lejos es como ese botón de pausa. Es dejar un VHS a la mitad y saber que cuando vuelvas seguirá ahí. Es saber que no va a desaparecer.
Esa tormenta que el viento no es capaz de mover y que cae siempre en el mismo sitio.

Que en mis hombros desnudos golpea el granizo. Una y otra y otra y otra vez. Duele.
Y lo peor es que no va a a cambiar.
Y lo peor es la aterradora posibilidad de que vaya a ser siempre así.
Hasta el fin de los tiempos.
O hasta que mi cuerpo no soporte más.


Irse lejos sin volver la vista atrás; en dirección al mar, a las olas, a la inmensidad. Porque siempre se hace inevitable no volver al mar.

"What ever happened to the young man's heart
swallowed by pain, as he slowly fell apart"

Pero esta vez ese nudo en la garganta está atado a algo que te lleva al fondo, cada vez más abajo.

Más abajo.

A la oscuridad.

Donde el granizo se derrite antes de llegar.

"Everyone's pointing their fingers
always condemning me
and nobody knows what I believe
what I believe"