martes, 3 de junio de 2014

Somos libres


El arte no es algo que se ve, no es algo que se escucha, no es algo que se toca ni se saborea. Es algo que se siente. Es como se retuerce todo lo que llevamos dentro al ver, al escuchar, al saborear, al sentir. Es algo que va más allá de toda explicación racional y es sentimiento puro. Es una explosión de todo y nada, de algo que solo existe para cada uno de forma efímera y que jamás es igual para dos personas.
Es la única forma que tenemos de ser libres.

La sociedad nos corta día a día a su medida y a pesar de que trates de resistirte a su efecto esa resistencia en si misma provoca que te tachen de antisistema, perroflauta, asocial o la etiqueta que esté de moda.  Persigue tus sueños, pero solo mientras estos estén bien vistos. Sé tú mismo pero solo cuando cumplas los cánones de la sociedad. Ten estilo, pero no demasiado porque la gente te mirará mal. Nos llenan de mensajes contradictorios, nos dicen que somos libres y no lo somos. Nos dicen que debemos ser creativos y nunca se nos da la oportunidad de serlo. Ponen ideales imposibles, inalcanzables, todas esas expectativas que tenemos y que nunca se van a cumplir. Y creamos individuos infelices porque deben ser esto o ser esto otro, cuando lo que deberían ser es lo que quieren, no lo que la sociedad decide por ellos.

Tenemos sueños y nadie les presta importancia y en ese momento en el que puedes decidir, en el que descubres que tu sueño no era un capricho más, ya es tarde. Es tarde para cambiar para escoger otro camino y mandar todo lo alcanzado a la mierda porque al fin y al cabo no es lo que querías.

Dicen que somos libres pero no lo somos. Las cuerdas solo pasan a mis pies cuando tengo un bajo entre las manos. Cuando mis manos sean devoradas por los gusanos siempre va a haber un millón de canciones, de melodías, frases, acordes, notas dentro de lo que quede de mi cerebro. Ese día en el que seamos por fin libres de verdad. Y mientras tanto vivimos en esta jaula, donde las cuerdas aprietan cada vez más y cada noche soñamos con ser libres.

Y a mi solo hay cuatro cuerdas que me hacen sentir libre.

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